lunes, 16 de febrero de 2009


Cuando se encuentra una razón para vivir, para soñar, para sonreír, para ser feliz , el mundo deja de existir como complejo. La mirada, las caricias, los besos, los abrazos no vuelven a ser los mismos. El tiempo se vuelve eterno y ya no importa morir o vivir, porque sabes que en cualquier mundo podrías lograr lo que tanto te costó y hoy  tenés.
Cuando se encuentra una razón, por imperfecta que sea, te mantiene la esperanza de los sueños, y dejas de ser luna para convertirte en sol, con luz y brillo propio, dejando de aparentar, para ser real. Nunca dejando de soñar y maquinando la realidad, volcando la vida a tu favor y llenándote del amor que tú misma y las demás personas te entregan en cada palabra, en cada gesto, en cada acción. Amaneciendo con el alma en las manos, para no olvidarte que eres mortal y que no es tan importante levantarse luego de una caída, sino el rumbo que uno tome después de ello...

No hay comentarios: