jueves, 21 de mayo de 2009


Todos ocultamos esa mitad de la verdad, esa mitad de los hechos, que nos acorralan y nos hacen mentir y esconder sucesos . La conciencia es lo que nos hacen delatar y hasta carcomernos la cabeza por una mala pasada psicológica. A veces, estas mentiras llegan demasiado lejos y por no conocer los límites hasta donde llegar, se paga muy caro. Debes en cuando la mentira se torna cotidiana, como un elemento básico del dia a dia, acostumbrando a nuestra mente a mentir ante cualquier incomodidad o malestar. Si bien las mentiras tienen patas cortas, depende de cada uno saber enfrentarse a malas pasadas y encarar situaciones compremetedoras, que tal vez arruinan nuestro propio juego. El ocultar, el mentir y el finjir son unas de las tantas armas que nos da la vida, de vos depende elejir usarlas y como. 
Nadie se salva de estás, ni del muerto en el ropero...

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