miércoles, 9 de diciembre de 2009


Aprendí a caminar y reír sola en la calle, la verdad la aprendí de mentir sólo por vos. El dolor lo tuve que volcar, dentro de un vaso y el fracaso lo pude escribir en una canción. Aprendí a no callar. Defendí mis ideales. Con la zurda me gusta patear, por respeto al diez. A robar aprendí aquella vez que me robaron, y ahora puedo pedirte perdón cien años más.

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